La
pandemia y las disputas políticas por la supremacía mundial
desploman las economías avizorando la recesión más fuerte de la
historia: ¿Qué hacemos en Venezuela?
Por:
Carlos Ellis
Parece
que se aproxima el fin de los tiempos pero no es así, es solo una
aproximación a tiempos difíciles: Esto obliga a un análisis
internacional que rompa el paradigma y refiera las líneas de acción
para los tiempos por venir, una clara y científica recomendación.
Partimos
de la presencia de una enfermedad viral que transita y afecta a toda
la población del planeta sin distinción alguna, que la estructura
que sostiene el modelo económico mundial se desploma y que la
corporatocracia global y las elites gobernantes de los países más
desarrollados se disputan la supremacía relacionando estos de forma
directa los hechos que se manifiestan en la “primera potencia”
como un acto natural de un proceso que va desequilibrando a un
sistema; acontecimientos que requieren su debida y sabia
interpretación porque enmarca de forma simultanea una distorsión
en lo político y en lo económico que asolará el orden social en
todo el planeta; en consecuencia es necesario para el análisis
separa el pensamiento político de lo económico con miras a la
construcción de una agenda de grandes y necesarias transformaciones
que aseguren la permanencia en el conglomerado llamado “Sistema de
naciones” que avizora para el periodo “post pandemia” el inicio
de unos procesos económicos en el mundo, aún indefinidos, pero
seguro que será bajo un esquema más agresivo que el modelo
económico actual.
Todos los factores están
unido a una posible catástrofe: Lo político a su gente y los
pueblos, lo económico a la cantidad requerida de recursos y su
apropiación, y la competencia al mínimo desarrollo de cada país
para restar subordinación y ocupar posición en la estructura social
internacional; así, en el cruce de estos factores, los más
fuertes seguirán firmes en el orden que reine y los menos serán
realmente afectados. En esto no deben caber dudas.
La
quebrantada primera economía del planeta, Estados Unidos de
Norteamérica vive hoy perturbaciones de alta intensidad para el
orden interno, por ser una sociedad frágil que evitó el mestizaje y
construyó una civilización sobre la violencia del poder, el
genocidio de nativos y la esclavitud; allí su expresión. También
es de acertada interpretación que los acontecimientos que se
desarrollan abren una oportunidad a la cúpula bancaria,
financiera y liberal (demócrata) para destronar las pretensiones de
una elite empresarial bolsista (republicana) que configura un nuevo
orden económico para el periodo “post pandemia” y por eso su
obligada reelección. El COVID-19 para la fecha alista 110.000
muertos en este país de las 380 mil en el mundo, la compra de armas
se incrementa en un 30%, el desempleo supera los 45 millones de
ciudadanos, se caen las principales Bolsas de Valores y entra su
economía en un periodo de recesión que supera cualquier evento
parecido en toda su historia; esto afectará al planeta entero por
ser la economía una estructura globalizada. Cabe destacar que EE.UU
requerirá mayor cantidad de recursos de los antes consumidos para
poder apalancar su actividad económica y competir con una República
Popular de China que por ser fabricante de medios de producción y
competitiva lleva un paso avasallante en el control total del mercado
mundial de productos de alta rotación; este fenómeno hará del
sistema de naciones más incisivo y especialmente a los Estados
Unidos de Norteamérica más agresivo con relación Venezuela.
Particularmente en este campo por ser Venezuela dependiente y
poseedora de recursos que se deben estructurar los cambios en el
paradigma para así establecer los reales mecanismos de defensa.
Ante
la realidad por venir, debemos tomar en cuenta que el factor que más
afecta y en especial los países menos desarrollados es, no haber
comprendido que la “Sociedad Internacional”, su sistema,
descansa en la sociedad de productos y por eso debemos convertirnos
en una sociedad productora de producto, y que para esto es
obligatorio ir a la fabricación de medios de producción. El
análisis real y la totalidad concreta internacional para esta
materia lo señala: Japón, China, Vietnam, Israel, Australia,
Alemania, EE.UU, Canadá, Suiza, Italia y Bélgica, entre otros, lo
entendieron hace décadas y por eso son sociedades avanzadas en
comparación con la nuestra; la mayor vulnerabilidad es la
dependencia en herramientas, instrumentos y tecnología que a su vez
se refleja a la subordinación. El análisis respecto a Irán país
petrolero y el apoyo con el combustible a Venezuela, su resistencia
ante un bloqueo de más de diez años obedece a que fabrica medios de
producción; por eso nuestra orientación debe ser que iniciemos con
la fabricación de los más primitivos: machetes, picos, palas,
martillos o escardillas, solo transformando nuestro acero, nuestros
metales para cubrir el mercado interno en la industria ferretera y
luego para la apertura de los mercados e inicio del difícil periodo
“post pandemia” podamos tener algunas herramientas para producir
o por lo menos restar dependencia en estos rubros.
Obligados
estamos a estudiar de China el desarrollo en los últimos 40 años
(Deng Xiaoping, 1978), que hicieron? Se partió de un marco teórico
industrial que definió con mayor énfasis el pensamiento económico
sin descuidar el político, e inicio un proceso de fabricación de
instrumentos y herramientas primarias, así fue incorporando ítems
que se requerían para la industria ferretera y la construcción de
máquinas para la generación de productos; hoy controla más del 65%
del mercado mundial de productos de alta rotación, descubrió que el
Sistema Internacional es una sociedad de producto. Taiwán, su
historia e importancia no supera una simple ubicación geográfica y
esto no impidió que creara un sistema productivo industrial
competitivo; Vietnam gracias a su cambio de paradigma hoy es el
núcleo central de producción de la Asociación de Naciones del Sur
Oeste Asiático “ASEAN” unión con capacidad para producir el 8%
de esos productos de alta rotación que se consumen en el mundo,
siendo sus integrantes: Camboya, Laos, Birmania, Malasia, Filipinas,
Indonesia que es miembro de la OPEP y Singapur; esto nos lleva a
formular la gran pregunta: ¿Es el asiático, en su base productiva
más capaz que la estructura laboral venezolana? Es solo cambiar el
paradigma dentro del marco de la revolución.
Sabemos
que la industria petrolera causo el impacto y diseñó la Venezuela
de hoy; cuando se produce ese impacto surge la necesidad de taladros,
de bombas centrifugas, turbinas, calibradores, esmeriladores,
cinceles, candados, equipos para soldar y siempre con el acero en
nuestro poder; surge nuevamente una gran pregunta ¿Porque para el
momento de ese impacto no se hizo sentir, instalando industrias,
produciendo estos productos tanto para la industria, el mercado
interno como para la exportación? o ¿ Porque el país quedo viendo
el progreso y el nuevo frente de consumo, sin saber que estos
instrumentos los necesitaríamos todos los tiempos futuros. Hoy casi
todos los productos de ferretería son de tecnología abierta; ósea,
cada país los desarrolla y es un tema de analizar la ausencia de
competitividad que genera subordinación en la interacción
internacional. En el espacio regional podemos señalar a México y
Brasil, son productores de estos rubros y hoy presentan aunque
tengan mayor nivel de contagio del COVID-19, mejores condiciones para
enfrentar el periodo “post pandemia” con el seguro declive de la
economía mundial. Un país sin herramientas, equipos y maquinas no
se puede desarrollar, los
indicadores macro y micro económicos usados para determinar los
comportamientos de todos los países del mundo obedecen a la
fabricación de medios de producción y ningún informe lo señala.
Si Venezuela dejara de importar los miles de millones de dólares que
se importan anualmente, y lo invertimos en cumplir las fases para la
fabricación de medios de producción y generar productos cien por
ciento venezolanos, estaríamos produciendo más de 100 millones de
dólares distintos a los imputables a la Renta Petrolera, un bloqueo
como el que experimentamos nos afectara menos. Es hoy, con la
pandemia, con el mercado mundial paralizado, con la caída de los
precios del petróleo, con la baja producción y con las necesidades
que van surgiendo producto de la recesión económica mundial que
debemos promover la fabricación de medios de producción, no hay
otra salida.
MSc.
Carlos Ellis
Email:Carlosellis1@gmail.com
Instagram:@carlosellis1
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