Venezuela. Desde Miami, los golpistas advierten: “Intentaremos nuevamente en septiembre. Con la ayuda de Ivan Duque ” (G. Colotti)
Volverán
a intentarlo en septiembre: con el favor de Duke, el nuevo presidente
de Colombia. Desde el sur de la Florida, la oposición golpista lanza
otro desafío al gobierno de Nicolas Maduro. Lo hace en un nuevo
episodio de Agárrate, el programa que dirige Patricia Poleo, una
periodista con experiencia en temas de subversión. En el momento del
golpe contra Chávez, en 2002, encabezó el diario El Nuevo País,
propiedad de su padre Rafael, que también es de oposición. Desde
entonces ha sido investigada como autora intelectual del asesinato
del juez Danilo Anderson, que estaba investigando las masacres de ese
golpe liderado por la CIA.
Su
programa es esclarecedor desde varios puntos de vista. Primero por
los elementos concretos que proporciona, en la ansiedad de mostrarse
como “informada de los hechos”. Ella fue la primera en leer el
comunicado de los Soldados de Franelas, el grupo armado que se
atribuyó la responsabilidad del ataque con los drones contra Maduro.
Para demostrar su autenticidad, difundió toda la correspondencia
mantenida con los atacantes durante los meses en que se preparó lo
que debería haber sido una masacre.
Una
matanza anunciada, como han afirmado arrogantemente otras figuras de
la oposición, ubicadas en los Estados Unidos o en Colombia: desde el
periodista peruano Jayme Baily hasta Salvatore Lucchese, ex director
de policía en San Diego, en el Estado de Carabobo.
Carabobo
ahora está gobernado por el Chavista Rafael Lacava, pero sigue
siendo un bastión de la extrema derecha, como también se puede ver
en las detenciones posteriores al ataque y las confesiones de algunos
sospechosos.
En
Carabobo está el Fuerte Paramacay, la guarnición que fue atacada el
año pasado por un grupo armado de oposición. 18 personas fueron
arrestadas por ese crimen, algunas aún son buscadas por la Interpol
y también están implicadas en este nuevo ataque, que debería haber
decapitado a toda la dirección político-militar del chavismo y que
ha causado heridas a 7 soldados. Para los grandes medios
internacionales, sinembargo, el ataque continúa definiéndose como
“presunto” y todas las preocupaciones se dirigen a “los
derechos humanos de los detenidos”.
Desde
la Universidad de Carabobo, intervino a través de Skype el profesor
Pablo Aure, fanático de la ex diputada proatlántica Maria Corina
Machado. Maricor es líder del partido Vente Venezuela, una ex
golpista que fue amnistiada por Chávez, hizo alarde de su amistad
personal con George W. Bush y con Álvaro Uribe.
Y
es precisamente en este último que la extrema derecha venezolana
confia para sacar a Maduro: más específicamente cuenta con Ivan
Duque, el nuevo presidente de Colombia, que es un peón de Uribe y
que ya en la campaña electoral ha puesto en el primer punto del
programa una nueva guerra sucia contra Venezuela.
Con
Duque las cosas cambiarán – dijo Aure – anunciando una guerra
abierta desde el comienzo de septiembre. Los estudiantes – amenazó
– volverán a ser el detonador, como en las “guarimbas” de 2014
y 2017. Pero, sobre todo, debemos presionar “a los padres de
familia” que, desesperados por los altos precios de los alimentos,
que “no permitan enviar a sus hijos a la escuela” finalmente
aceptarán acciones de fuerza para derrotar al odiado “dictador “.
Y
así, finalmente el “dinero volverá al país”, pero no “para
ser distribuido, volverá a las empresas para reinvertir”. ¿Cómo
vas a sacar a Maduro? Mientras tanto, “organizándose mejor” de
lo que han hecho hasta ahora.
Luego,
convenciendo a la gente “ya psicológicamente probada” de que “la
comunidad internacional” apoya a la oposición, y empujando a la
Fuerza Armada Nacional Bolivariana a la insubordinación, porque la
Constitución le permite hacerlo contra un gobierno que “viola los
derechos humanos”.
El
uso pretencioso de las multinacionales “humanitarias” y de los
derechos humanos es el otro dato que emerge y en el que se puede
reflexionar. El profesor en cuestión, que acusa al gobierno de
impedir la “libertad de expresión”, hace su trabajo de
subversión con total tranquilidad y cuenta que viajó por todo el
país con María Machado para difundir sus proclamas.
Con
la arrogante reivindicación de sus planes, estos líderes golpistas,
respaldados por Trump, la Colombia, el Grupo de Lima y los organismos
internacionales que apoyan las sanciones impuestas por Estados Unidos
y Europa, han pasado a otra fase de la guerra no convencional: la del
ataque explícito y directo. Hasta el punto de desorientar incluso a
aquellas franjas más moderadas que intentan salirse por la tangente,
y culpar al gobierno del “auto-atentado”, por lo menos mediante
“infiltrados”.
De
hecho, la revolución bolivariana también está lista para pasar a
otra fase. El plan económico-monetario aprobado por el gobierno
afectaría a gigantescos intereses multinacionales, un plan apoyado
por el giro político del IV Congreso del PSUV, que apunta a
profundizar el poder popular y el ataque a los monopolios.
El
atentado contra Maduro fue también una prueba para medir las
reacciones internacionales.
Hoy
ha llegado el pronunciamiento de la Unión Europea, motivada más por
la solicitud de “reconocimiento” de las prerogativas del
Parlamento gobernado por la oposición, y por el respeto a la
inmunidad parlamentaria de dos diputados de Primero Justicia, Juan
Requesens y Julio Borges, acusados por algunos arrepentidos de estar
involucrados en el ataque.
La
oposición, confiando en el apoyo incondicional del Secretario
General Luis Almagro, que ha juramentado al Tribunal Supremo de
Justicia “en el exilio” por descalificar a las instituciones
bolivarianas, ha protestado formalmente ante la OEA, y Estados Unidos
ya está ejerciendo presión sobre la ex presidenta chilena Michelle
Bachelet, elegida como Alta Comisionada de las Naciones Unidas para
los Derechos Humanos para perseguir a Venezuela.
Como
órgano plenipotenciario, votado el año pasado por más de 8
millones de personas, la Asamblea Nacional Constituyente ha decidido
por unanimidad la revocación de la inmunidad parlamentaria y ahora
se busca oficialmente a Borges, que se encuentra en Colombia.
Requesens ha sido arrestado. Apareció hoy en un video durante la
rueda de prensa del Ministro de Comunicación e Información Jorge
Rodríguez, que se transmitió casi simultáneamente con el programa
de Poleo.
Requesens
ha confirmado las declaraciones del ex sargento de la Guardia
Nacional, Monasterio, quien lo acusa de haber favorecido el paso a
Colombia para preparar el asalto con drones. Drones programados para
una masacre, que falló el objetivo gracias a los “escudos
protectores” provistos por los sistemas de seguridad, y la
“inteligencia social” activa en el área, que bloquearon a dos de
los atacantes cuando un dron rechazado regresó, explotando en un
edificio.
Pero
otro hecho importante surgió del programa de Poleo, que contó con
la presencia de otros dos personajes: Marianella Salazar, una
“editorialista” de El Nacional, y Roberto Carlo Olivares, un
periodista que huyó a Miami, que predijo la caída de Maduro “dentro
de los primeros tres o seis meses del próximo año”. ¿Cómo? A
través de otras “acciones libertarias”, pero mejor organizadas,
y con la intervención directa de EE. UU. y de Colombia. “No
debemos pensar en una verdadera invasión militar”, dijo Olivares,
sino en todos los modos de presión militar que existen “.
Las
bases militares de EE. UU. en la región no faltan. Está la cuestión
de los “refugiados” venezolanos en las fronteras. Está el
Ecuador de Lenin Moreno que ya permite el regreso de los Estados
Unidos y que se ha unido al coro de la “emergencia humanitaria”
en las fronteras. Existe un embargo decidido por un juez
estadounidense contra la empresa venezolana Citgo, con sede en los
Estados Unidos, a pedido de una empresa multinacional, que reclama
pagos multimillonarios en dólares. Está Ivan Duque en Colombia, y
la Colombia que ya está fuera de la Unasur.
Sobre
todo, dice Olivares, debe fomentarse la subversión interna. Pero
esta debe “mostrarse unida”.
Y
este es quizás el dato más importante que surgió de la
transmisión: el índice de litigio de las derechas venezolanas,
listas para despedazarse en la lucha por el poder y la representación
hacia sus amos occidentales.
También
en esta ocasión, se pelearon muchos entre ellos. Han habido
denuncias de traición, las diversas facciones golpistas de la
llamada “resistencia” parecen estar divididas. El ex sargento
Monasterio acusa a Requesens que acusa a Borges, quien ya traicionó
una vez, dice Poleo, al entregar a los conspiradores del “plan
Azul”.
Todos
contra todos. Una buena guarida de víboras. Grandes “campeones de
los derechos humanos”. Si regresarían para gobernar, harían
tabula rasa.
Geraldina
Colotti
Traducción
de Gabriela Pereira
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